Cerró los ojos y sopló las velas. Nadie aplaudió. No se oyó ninguna canción. Tampoco vitorearon al homenajeado, ni siquiera hubo brindis.
Contó ayudándose con los dedos de la mano como cuando la profesora le enseñaba a sumar. Mentalmente ya no podía retener los números, las cifras. Desde que ya no iba a la compra le costaba hacer las sumas y las restas.
Desde que aprendí los colores hasta ahora han pasado muchos años. Al principio todo era multicolor: árboles azules, mares rojos, cielos verdes…
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