Tengo que contaros algo: ya no soy un gallina, ya me sé tirar a la pisci, y ya casi sé nadar.
Subir de nuevo a la habitación me producía dolor. Seguía recordando aquel tiempo en que cuando me despertada pronto, a hurtadillas y en silencio, subía las escaleras y me acomodaba entre los dos.
Hay un señor de barba y de gafas que sale en la tele. A mí al principio no me llamaba mucho la atención, pero luego me fui dando cuenta.
Acabadas las navidades, Yago ya ha vuelto a clase, y aunque el último día de vacaciones se lo pasó diciendo a su mamá que no quería volver, la vuelta no ha sido traumática; parece que tenía ganas de ver a sus compañeros de clase. Le hemos preguntado qué ha hecho durante las Navidades y nos han contado todo esto.
Soy enfermera. Estoy acostumbrada a tratar con pacientes. No siempre están de buen humor, no siempre pueden. Tienen problemas que se reflejan en sus ojos y en sus caras. Los visito en sus casas e intento ayudarles.
El abuelo Pedro se ha ido de viaje. Eso me ha dicho mi papá. Me lo ha dicho muy triste porque no ha podido decirle adiós.
Las besa con suma conciencia para no equivocarse. Espera. No sucede nada. Había imaginado que era inmediato.
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